Fue cuando yo estaba escuchando a Pierre Soulages hablando en la radio sobre su marcha artística y su meta, o sea « emocionar con la luz », que se imprimieron en mi memoria estas palabras iluminadas. Esto describe perfectamente la intención de cualquier pintador, y entonces la del que pinta a la acuarela.
La particularidad de ésta consiste en la presencia del agua, que es mucho màs que un simple disolvente. El AGUA es un ELEMENTO EXPRESIVO de este medium al igual que los pigmentos, las colores, los trazos, la composición, etc. En la técnica de la acuarela, el AGUA perturba al principiante, quien no pone bastante, y al mismo tiempo no bastantes pigmentos colorados para evitar los efectos de gouache, entonces resultando en pinturas sosas y remilgadas.
Hacer del agua un ALIADO, aceptar otorgarle cierta AUTONOMIA, y estar en VILO para explotar los ACCIDENTES FELICES entonces son las condiciones necesarias para realizar una acuarela LUMINOSA y TRANSPARENTE. Esto se relaciona con el precioso consejo de Dolorès Bolaños, que es un principio fundamental y extremadamente simple para formular : pintar a la acuarela es JUGAR CON EL AGUA Y LOS PIGMENTOS.
En este juego alternando entre CONTROLAR y SOLTAR, el AGUA marca los pigmentos, dejando sus huellas sobre el papel, y dando origen a la acuarela donde el agua ya no es un simple disolvente sino un elemento que, gracias a sus propriedas fisicoquímicas, revelan sus propias calidades estéticas y poéticas.
Volviendo a las palabras de Soulages y parafraseándole, se puede afirmar en definitiva que : PINTAR A LA ACUARELA ES EMOCIONAR CON EL AGUA.